sábado, 30 de noviembre de 2013

lo inesperado


Llego diciembre el “mes más feliz” para la mayoría.


Para mí un mes feliz es el de mi cumpleaños u octubre que llega con halloween. Pero diciembre donde todo se llena hasta más no poder, donde llueve, donde ves lucecitas por doquier. Que la gente decora las casas y muestran todo su esplendor como decoradores.

Puede que la razón que no esté muy feliz que haya llegado diciembre es que estoy lejos de casa o que me toca volver no estoy seguro. Pero sé que al final de este mes, llega otro año. Una nueva oportunidad de empezar de cero. Llegara segundo semestre de la universidad.

Igual le doy una gran bienvenida a este mes que me llena de melancolía y sentimientos rebuscados. Solo deseo que me llene de regalos, no materiales; de esos regalos que uno no se espera, me llene de felicidad y comida rica. Que me traiga lo que tanto espero y no sé como buscar. Me deje debajo del árbol un motivo nuevo para agregar a la lista de “seguir luchando en la vida”. Un nuevo destino a mi pocket list.


En fin me traiga lo que no espero encontrar.

DISNEY CRAP



Todos quisiéramos un amor a lo Disney. Un príncipe que llegue y te encuentre en el bosque mientras bailas, una princesa que se enamore de ti cuando eres un pobre diablo que no tiene nada. Que llegue en una carroza y te recoja en tu casa. Que te dé el mundo, que te regale esta vida y la otra. Que te de todo lo que quieres.

Pero la vida no es así, la vida real no es una película de Disney. Hasta ahora ha sido mucho mejor. Ha sido mi propia película, el cuento que escribo diariamente y vivo con pasión. No tengo un amor de príncipes y princesas, ni tampoco una historia de de cuento de hadas; pero tengo amor real y una vida llena de experiencias cruelmente perfectas. Solo vivo.


Que nadie escriba el cuento por ti.

martes, 26 de noviembre de 2013

RECUERDOS, SOLO ESO


A veces quisiera que mis ojos tomaran fotos, así tendría fotos de cada uno de los momentos perfectos que la vida me ha regalado. Tendría miles de álbumes en mi cabeza, y seria ecológico. Como pensé en eso, porque hoy quise tomar una foto del granizo que tapaba mi techo, con mi cámara digital, y la batería estaba muerta, mientras la cargaba y se la puse de nuevo a la cámara el granizo se derritió.


Sin embargo aun tengo esa imagen en mi cabeza, la primera vez que vi el granizo sobre mi techo. Mi cabeza fuera de la ventanita que me separa del mundo exterior y mi emoción infinita por ver como del cielo caían pequeños pedazos de hielo. Tengo la imagen de los miles de pedacitos rebotando por doquier; estire mi mano para intentar tomar uno en mi mano y me cayeron varios, que por el calor de la misma se derritieron rápidamente.

Por eso mi deseo de tener una cámara en mi cabeza,  se que las imágenes no se borran de allí jamás, pero en algún momento se te olvidaran; se empezaran a ir poco a poco. Sería fantástico poder grabar la risa de tu mama, o la voz de tu papa; a tu tía cantar o a tus amigos chismosear contigo. Revivir una y otra vez esos momentos que te hicieron erizar, tu primer beso, la última vez que viste a tus abuelos reír, cuando compraste a tu perro, la primera vez que maneje, mi graduación, mi primer carnaval, mi primer día de clase, las tardes de novelas con mi abuelita, tantos momentos que ahora revivo vagamente y otros muchos que me da impotencia no poder acordarme exactamente como fueron.

Solo digo que sería absolutamente perfecto poder sentir cualquier momento especial de tu vida, y también poder archivar los malos para no tener que verlos tan seguido; no borrarlos sino guardarlos en una carpeta con clave y no abrirla jamás. Porque los malos recuerdos también hacen parte de lo que somos.


Es un buen deseo. Pero ahí se quedara, como un deseo. Por ahora escribiré todo lo que pueda y así podre revivirlo más adelante.

lunes, 25 de noviembre de 2013

MI PIJAMA


Hoy termine de hacer TRX y me comí una ensalada de atún con espinaca y un vaso de té. Creo que lo más saludable que puedo ser. Subí las escaleritas de mi altillo, las que no se pueden subir borracho, y abrí la gaveta de los pijamas. No podía creer que no estaba mi pantalón de pijama favorito. Tengo más de 10, pero solo me gusta ese, de rayas entre azules grisosas y rojas. Recordé que estaba en la ropa sucia.


Vi a los lados buscando moros, pero en mi costa solitaria no hay ninguno; y así metí mi mano en el tanque de la ropa sucia, el que tiene forma de león, la saque, la sacudí, me la puse con satisfacción infinita. Pero… que tiene de importante una pijama de rayas azul con rojo; aparentemente nada, es solo eso una pijama.

Para mi es más que eso, es un símbolo de estabilidad, ¿por qué dejo que me controle un pijama? Dejo que controle mi tranquilidad en la noche, controla mi mente. Pensé en el porqué mientras escribía el primer párrafo, mas no pude encontrarlo. Si pensé en que no es solo ese bottom de pijama, son muchas cosas en mi vida que controlan mi felicidad y mi estabilidad.

Igual que al meter la mano en la ropa sucia y sacar ese pantalón, mi vida no está siguiendo su curso, mi vida no está siendo lavada. Estoy en mi cama y me quite los pantalones de pijama, para así poder ponerme unos nuevos. Quiero dejar esos atrás, por lo menos esta semana, quiero empezar de cero, quiero empezar contigo y todo eso que alguna vez me atormento simplemente tatuarlo en mi mente como una marca de guerra.

Es difícil acostumbrarse a unos pantalones nuevos, unos que no te ponías desde que te los probaste en la tienda donde los compraste. Pero con el tiempo me acostumbrare. Con el tiempo quiero que me aprendas a querer como yo estoy aprendiendo a usar este pijama. A usar esta vida; como lentamente aprendo a vivir la vida lavándola más seguido. Enjuagando esa tristeza que aun me persigue. No se trata ahora de dejar de hacer, y de usar, las cosas que me gustan; es solo empezar a hacer cosas nuevas, tomar riesgos, hacer y usar cosas diferentes.


Así que me detuve unos momentos de escribir, me pare, abrí la gaveta de los pijamas, saque unos limpios y me los puse. Ahora de nuevo estoy en mi cama calientito, con medias gruesas y con mi nueva vida puesta, digo mi pijama limpia.

Guillo starting fresh

SEASONS OF LOVE


Hace un rato estaba viendo un musical, Rent; es perfecto. Muestra la vida de un grupo de amigos sin tapujos de película, es simplemente la muestra de la vida real. Y me encanta ver cómo viven felices sin mucho, como viven la vie boheme (la vida bohemia) sin preocupaciones. Si esa no es la trama o el mensaje que la película debe dejar, lo siento. A mí me encanta la sinceridad de la película, como logra plasmar la realidad del artista.


Escuchando Seasons of love, empecé a pensar en lo que dice la canción, “how do you measure, measure a year, in daylights, in sunsets, in midnights and cups of coffee, in inches, in miles and laughter and strife (…) measure in love”. En español seria algo así como mide tu vida con las pequeñas cosas que haces día a día, mide tu vida en amor.

Ahora quiero medir este año en lo que he hecho, que ha sido mucho. Quiero ver atrás y saber que me marco en estos días que han pasado.

Comencé el año entre amigos, no podría haber vivido un mejor 1 de enero. Una madrugada con mis amigos, los que siempre están ahí cuando los necesito, los que me han apoyado en las buenas y en las no tan buenas. Fue la manera perfecta de empezar este año lleno de sorpresas.

Meses después me hice la operación del tabique que tanto me había querido hacer. Ahí empezó a cambiar mi vida para bien. Pude respirar normal, y empecé a sentir olores que no sentía antes. Empecé a oler el mundo a los 19 años.
Luego celebre mi cumpleaños número 20 con mis amigos, los mejores amigos del mundo. Que ahora extraño como nunca pensé que lo haría. Recuerdo que ese íbamos a celebrar mi cumpleaños y mi despedida de Barranquilla, porque por fin mi sueño de mudarme a estudiar a Bogotá. Había llevado el carro y mi amigo Cris no tomo y manejo el carro de vuelta, para que pudiera tomar mucho y lo hice, me tome dos peceras, buenísimo.

El 30 de mayo viaje a Bogotá, empecé el día con una mezcla de sentimientos. Pesaba estar feliz pero al darme cuenta que estaba dejando mi vida atrás me llene de nostalgia. Llore mientras me bañaba, llore vistiéndome, llore toda la mañana. Y cuando por fin íbamos al aeropuerto hubo una protesta y perdí el vuelo; cuando llegamos a nuestro destino una hora y media tarde me dieron un tiquete para el vuelo de las 10pm. Fue aun peor volver a mi casa y ver todo de lo que ya me había despedido, solo para volver a despedirme. En fin llore todo el día, pero era llanto de esos sentimientos que no tengo claro que eran.

En Bogotá estaba solo, no sabía donde quedaba nada y me sentía perdido como nunca. Sin embargo a pesar de todo esto, me sentía feliz, realizado. Sentía que mi vida ya empezaba. El 3 de junio tuve mi entrevista en la universidad y hasta que me dijeron que si había entrado no pase un día tranquilo. Llego la inducción en la Javeriana y conocí a los amigos que cualquier persona querría tener en una ciudad nueva.

La universidad ha sido la mejor experiencia que he tenido y ya siento que tengo un donde debía estar. He tenido algunas relaciones, nada serio. Hasta ahora que creo que encontré eso que todos buscan, no me quiero adelantar. Y hasta ahora eso ha sido lo más trascendental que Bogotá me ha dado, además de mi seguridad en mi mismo y que no debo temer a lo que soy.

Asi he medido mi año, no puedo contar las veces que tome un café en Juan Valdez, o me comí un helado con mis primas. Las veces que salí con Natis, Alfredo y Angie en el carrito verde. Muchas fueron las veces que he caminado hasta la casa de Dani o que he ido hasta el Carulla ha hacer mercado. Cuantos domingos y festivos de ciclovía. Los viajes hasta Anapoima, ser el padrino de Mati. Recibir a mis amigos en apartamentito de la capital. El viaje hasta el brujo, o la lectura con la bruja amiga de Gingi. Las llamadas de skype con mama, las miles de llamadas al celular de mi papa. Las pizzas que he compartido, los sanduches de la universidad que he comido. Los cientos de buses que he cogido y las veces que llegue tarde a la universidad por los trancones. Son tantas cosas en las que puedo medir mi año tantos detalles, tantos besos que di y que me dieron; tantos abrazos que regale, lagrimas que llore, películas que vi, canciones que cante, chiste que conté, carcajadas que goce, amor que brinde y los miles de momentos inolvidables que jamás se irán de mi mente.


Así puedo contar mi año en una cuartilla y media.

Guillo.

domingo, 24 de noviembre de 2013

CONFIRMADO: El amor a primera vista si existe

                         



Un grupo de científicos descubrió que el flechazo instantáneo es posible y totalmente explicable.

Más allá de utopías o tramas de nuestras chick flicks preferidas, un grupo de científicos acaba de descubrir que el amor a primera vistano sólo es completamente real, sino que tiene toda una explicación.

Resulta que el cerebro vive complejos procesos durante el conocido flechazo, cuya fuerte descarga de emociones y reacciones se suscita en apenas 30 segundos.

Investigadores del Trinity College de Dublín (TCD), de Irlanda, comprobaron que dos personas pueden enamorarse con sólo un cruce de miradas, el cual es capaz de activar una zona del cerebro que detecta una inmediata y fulminante atracción entre ambos.

Los científicos, que publicaron sus conclusiones en la revista Journal of Neuroscience, encontraron que en ese medio segundo la corteza de nuestra materia gris puede determinar si ese chico, que incrementó los latidos de nuestro corazón apenas al mirarlo, es apropiado o no para nosotras.

Tales fueron los hallazgos de los expertos que también encontraron que los juicios de valor que solemos hacer sobre personas que acabamos de conocer no son superficiales, si no que dependen de la percepción que tengamos durante los primeros instantes en los que tomamos el primer contacto personal.

¿Te ha pasado que algún galán que te quiere conquistar te genera "mala vibra"? He aquí la explicación y lo mejor es hacerle caso a la intuición que te indica que no debes darle tu teléfono.

Según la investigación del TCD, que tu mente decida sobre una potencial pareja toma unos pocos segundos.

En esos momentos tu cerebro realiza una complicada e integral combinación de evaluaciones sobre la compatibilidad (física y psicológica) con el prospecto, las cuales son bastante más acertadas de lo que podrías creer.

Lo que no han descubierto los científicos son los lugares y momentos en que tu media naranja podría hacer acto de aparición, para estar atentas.


Así que, no nos queda más que recorrer todos los rincones posibles en busca de ese flechazo fulminante... y mejor si durante el trayecto en que lo hayamos disfrutamos de la compañía de alguno que otro galán interesante, que nos lo haga más llevadero.


El miedo. Es una bestia que te acecha. Es un aguacero frio que cae en ti y te paraliza. Es un bicho que te pica y no te deja hacer o decir lo que quieres. He sentido mil veces esa agua fría caer sobre mí, frenando mis deseos ¿Y quién lo permite? Solo yo. Siempre freno lo que quiero de verdad, siempre tengo una excusa perfecta, siempre puedo salirme de lo que quiero en realidad con un “después lo hago” “después lo digo” “después lo siento”.
 

Es difícil pensar que en realidad he dejado de hacer muchas cosas por miedo al que dirán, o por miedo a las consecuencias. Hoy no me arrepiento, es lo que era. El miedo era parte de mi antes. Pero hoy escribiendo esto he decidido sacarlo de mi ser; decirle adiós. Hoy empiezo a vivir sin miedos. Hoy empiezo a hacer las cosas que quiero hacer, que quiero decir, que siempre he querido hacer.


Hoy me dormiré siendo Guillo él que se detiene siempre. Me despertare siendo Guillo él que compra globos en la ciclovía, él que dice te amo sin miedo, él que es impulsivo 24/7, él que come sin pensar en que engordara, él que puede saltar como conejo en cubos, él que canta en los pasillos; empezare a llorar mas, a reír, a gritar, a permitirme sentir, a siempre decir lo que pienso sin sentirme mal. Empiezo a ser yo y solo yo.

PROBANDO MI CIELO


Tus labios. ¿Cómo describirlos? Como describir esos perfectos trazos de cielo. Cada vez que me besan me llevan al paraíso y con un suspiro de tu alma sobre mi piel me traen de vuelta a la tierra para verte a los ojos abriéndose con la mirada que tanto me gusta ver.


Te beso y tu dulce olor me lleva a lugares que solo tú puedes llevarme. Ese lugar perfecto que no se describe con palabras, solo con el roce de tu piel. Cuando estoy contigo tu mirada me llena de sentimientos que no se sentir, sentimientos que solo puedo expresar por medio de mis besos. Besando tus perfectos labios que descontrolan lo poco de humano racional que queda en mí, cuando tu estas a mi lado.

Aun recuerdo el primer beso que te di, fue lindo. Fue rápido, inesperado. Recuerdo tu voz diciéndome que “fue tan inesperado, como de la nada”. Amo recordarlo y querer darte mil más. Nada es mejor que besarnos y parar por un momento, ver tu rostro cerca al mío y saber que en ese  momento no existe nadie más, saber que soy tuyo. Saber que lo que siento por ti no puedo pararlo. Saber que no quiero dejar de besar la perfección que bajo a la tierra y ahora puedo sentir en mis labios. Que no tienes que preocuparte por nada, porque me tienes en tus manos, me tienes en tus labios.

Yo sueno cada noche con ellos, con tus labios, contigo, con los momentos que hemos pasado; lo perfectos que han sido, y los mil que quiero que vengan después. Tus labios, son la obra maestra que queda de juntar un suspiro y un atardecer, con un toque de cursilería de Guillo. No me da miedo que sepas que sin tus labios no sería igual de feliz.


Sin ellos no sería nada más que una vida aburrida y sin la perfección que me ha tocado vivir.

Guillo in love

sábado, 23 de noviembre de 2013

TAGANGA LUGAR MÁGICO Y LLENO DE COLOR



Playa de pescadores, lleno de embarcaciones coloridas, es una postal perfecta. Muchos viajantes optan por quedarse en Taganga y no en Santa Marta, y al estar ahí entendí el motivo.

Es un pueblito pequeño y colorido, a la orilla de la Sierra Nevada de Santa Marta; se recorre en menos de medio día. Sin embargo lo importante no es su tamaño, sino la belleza que esconde detrás de atarrayas llenas de peces recién pescados y de sus cientos de lanchas y botes pesqueros pintados a mano por sus dueños y que viven flotando y llenando de color la costa de este pueblo, son la mancha de color que contrasta con el azul del mar y los colores tierra de las montañas.

Se llega por una carretera a través de las montañas que se ven desde la ciudad samaria; subes en tu carro o en unos pequeños buses que casi no pueden con la subida, se van destartalando en el camino pero tienen su encanto. Llegas y lo primero que ves, es el mar, ese mar imponente pero que en la bahía de Taganga nos deja disfrutarlo con tranquilidad. También tiene una gran variedad de pescaderías para escoger la más llamativa y que tenga el personal más simpático.

Taganga además de ser una playa perfecta, es un lugar perfecto para pasar noches inolvidables, tiene dos sitios en los que puedes bailar y cantar al ritmo de música internacional o tradicional de la costa Caribe. El primero queda en un extremo de la cuidad y es más tradicional, allí se puede escuchar música tradicional y llena de sabor costeño. El segundo está en la montaña, es un balcón muy grande donde encuentras a la mayoría de turistas europeos y de todo el mundo que van a disfrutar de este pedacito de paraíso colombiano. Se sube por unas escaleras estrechas donde se sientan muchos visitantes del lugar y que al pasar sonríen amablemente; al llegar al balcón, ves el mar de nuevo en todo su esplendor, pero esta vez con el encanto de los destellos de las luces reflejadas en el misterio del agua salada.


Después de bailar y gozar en alguno de estos sitios, el plan es en la orilla de la bahía, con una botella de vodka y una guitarra se pasa un rato perfecto esperando a que el sol se asome entre las olas lejanas del mar. Sin un amanecer el viaje a este corregimiento samario no estaría completo.

Esto me recuerda un fin de semana extrañamente perfecto que pase con mis amigos, fue diferente, fue guerrero.

Guillo

Yo soy cursi, con todo orgullo


Soy un romántico, vivo mi vida esperando al amor de vida, esa persona que mires a los ojos y te deje sin habla, que solo con el roce de su cuerpo y el tuyo sepas que lo deseas más que nada, que son solo tener sus labios cerca a ti quieras besarlos hasta quedarse con la textura de su amor en los tuyos. Cuando me toma la mano sentir como mi corazón se acelera y mis piernas no responden. Puede que sea un gran hombre, me refiero al tamaño (1.84mt), pero esto no me quita lo romántico, siempre he sentido que tanto amor y ternura no va muy de la mano con mi tamaño; igual no dejo de serlo me encanta estar enamorado de la vida y de los que me rodean. Me encanta entregarme a las relaciones que tengo sin arrepentirme de nada.


Siempre, desde que tengo memoria me he enamorado muy rápido. Me se entregar al amor como si fuera algo de todos los días. Escucho a tantas personas decirme cosas como “no te enamores porque puedes salir lastimado”, “el amor no existe” o “lo que sientes no es amor, es otra cosa, pero no amor” sinceramente amo estar enamorado. No sé muy bien que es estar enamorado, siempre digo que nunca he estado enamorado porque no tengo claro que se siente; pienso que debe ser un sentimiento que te deje sin aliento y que no puedas pensar en mas nadie que en esa persona, que cuando te vea te deje sin respiración, sientas miles de mariposas mordiendo tu estomago y quieras correr hasta que no puedas mas. Que quieras ir hasta la luna y darle las estrellas en una carta y en el encabezado declarar tu amor.
Siempre que siento algo más por alguien quiero decirle mil cosas. Cosas que no se dicen tan rápido, pero yo soy rápido en todo, impaciente por naturaleza. Me encantaría poder decir que me encanta estar con esa persona y que no me imagino viviendo sin sentir una vez más su respiración en mi cuello; sin sus labios, sin poder agarrar su mano viendo una película o en la parte de atrás de un taxi; que no me imagino el mundo sin ver en sus ojos y sentir que me llena y me hace olvidar todo lo que me molesta. Pero no es tan simple, la gente se asusta y ahora, yo me asusto.

Es lo mejor que existe poder estar con alguien y sentir que al hacer el amor puedes de verdad sentir el amor, yo siempre me entrego y espero que la otra persona sienta lo mismo. Soy el típico intenso que pregunta cada cinco minutos “¿estás bien?”, odio pensar que puedo lastimar a la persona que amo. Amo sentir su respiración en mi oreja, siento como su aliento llena mi alma vacía. Como su placer logra hacerme sentir vivo, logra hacer palpitar mi corazón mas y mas rápido cada vez que nuestro amor declama un poema carnal.

Yo regalo mi alma por pedazos, en chocolates, en comidas que preparo, en miradas que penetran lo más profundo de mi corazón; doy mis sentimientos en detalles, siempre me doy por completo con las pequeñas cosas que hago. Cuando toco con las yemas de mis dedos los dedos de la otra persona, y se siente esa conexión en nuestras manos entrelazadas, mis dedos largos que siempre abarcan la mano completa del otro.


En fin… amo ser romántico, sentir amor en las pequeñas cosas que hacemos juntos, sentir que mi cuerpo con cada beso se llena de energía y que la quiero gastar besándote más. Amo vivir por el amor, para el amor y esperando siempre que llegue el amor de mi vida, que hoy creo que lo tengo.

Guillo.

Cosas que he hecho 1

Todos hemos hecho cosas que después pensamos, PORQUE!!!!!. Esto que escribí es una forma de desahogar mi alma de esas cosas que me persiguen diciéndome “tonto mira lo que hiciste y ya no las puedes cambiar”, esa voz es peor que mil espinas. Pero no significa que me arrepienta, lo que hago siempre es porque me nace y siento que es lo correcto. Cero arrepentimientos, solo necesito contarlas.


Las enumerare así:

Amor.

Estas son varias cosas que ahora veo y no entiendo que me pasaba. Soy demasiado cursi, yo siento que mi vida romantica es una película de Hollywood y la vida real obviamente no es asi.

Hace mucho era novio de una niña, y yo soy de esos que se entrega mil por ciento; era la época de los Nokia 1100 (todos tuvimos un indestructible 1100) y la única forma de comunicarse sin gastar minutos eran los mensajes. Mensajeabamos todo el día a toda hora. Un fin de semana estábamos en la casa de una amiga de mi mamá, quedaba a las afueras de la ciudad, no había señal. SIN SEÑAL = NO MENSAJES. Estaba desesperado y salí a la puerta de la casa y me llegaron 3 mensajes, intente responder pero no funciono. Camine mas y mas, hasta que la señal se hizo un poco más fuerte y pude hablar un rato. Hasta que se fue otra vez y con decir que pedí permiso a la dueña de la casa para sacar una silla al patio delantero y pararme en ella para poder recibir señal; imagínense a un gordito de metro y medio de altura con un Nokia 1100 con las manos arriba en el aire intentando mensajear.

Unos años después, entre a un nuevo colegio. Y pues seguía siendo gordito, LITERAL. Pero una niña del curso se hizo mi amiga muy cercana, pero yo solo la veía como eso, una amiga.
Un día caminando en el recreo para comprar la merienda, me tomo del brazo y me miro a los ojos. Tenía unos ojos saltones y muy grandes, y mirándome fijamente me dijo “Guillermo, me gustas mucho”, cualquier persona normal habría dicho algo lindo, algo generoso sin partir un corazón con ojos saltones en mil pedazos. Pero yo no soy cualquier persona obviamente, mi respuesta fue la peor que alguien puede dar, pero la PEOR. Le dije “y… que quieres que haga?” y seguí caminando como si nada. No puedo creer como esa mujer ahora, me sigue hablando. Gracias. Por no odiarme.

Pasaron algunos años, y no entiendo como seguía teniendo novias. Recuerdo que estaba en una obra musical y acababa de cumplir 18, y con la cedula llego la licencia de conducción. Me gustaba una niña del musical, era alta y extrovertida, bonita y tenía una voz como de ángeles. Le dije que me gustaba por un mensaje, si por un mensaje! Pero eso fue romántico para los dos ingenuos.
La primera de las bobadas que hice por la niña fue una día que iba en camino a visitarla, una camioneta me cerro en la carretera y yo corrí el carro hacia la derecha y de repente se escucho algo como mil truenos cayendo y el cinturón de seguridad me halo hacia atrás tan fuerte que no tengo claro como aun tengo cuello. El carro se había subido en el andén. Recuerdo que levante la cabeza para ver que había pasado y yo estaba bien, y al ver hacia atrás vi a un señor con cara de terror que está casi trotando lejos del carro, horrible.
En conclusión la tijera de las llantas (o algo así, nunca entendí) se había roto por la subida en el andén.

La segunda bobada gigante fue con el celular del mensaje, tenia esta vez un Blackberry, evolucione. La novia estaba en Bogotá grabando una canción para su sencillo y pues yo la llamaba todos los días. Un día la llame y hablamos de todo, yo recuerdo haber estado en muchas posiciones, yo soy de esas personas que jamás se queda quieto hablando por teléfono; estuve acostado en la cama, de pie, asomado por la ventanita de mi cuarto, en el balcón, en la sala, el comedor, tirado en el sofá y muchas otras extrañas posiciones que no se explicar aquí. Hasta que de la nada se corto la llamada, pues pensé que había sido la mala conexión. No, se me habían acabado los minutos, no le di importancia. Unos días después recibí una llamada de mi papá diciéndome que había llegado la cuenta el celular con un extra monto. Me había pasado casi 200mil pesos en minutos hablando con la chica. Obviamente mi papá estaba histérico (con toda razón) y creo que desde ese día no volví a gastarme los minutos de mi plan por completo, tengo miedo desde entonces.


Continuara..

domingo, 17 de noviembre de 2013

Marea alta de cachacos


Es una ciudad llena de magia colonial y antiguos edificios de madera construidos con el sudor de historias y el dolor de manos de ébano. Sus calles de piedra y arena donde caminando se escuchan los pasos herrados y las ruedas chuecas de coches que reviven viejos tiempos que imaginamos y emociones que inventamos.

Se sigue escuchando el tradicional sonido de las negras vendiendo sus bollos y dulces, o el panadero golpeando su pinza al carrito que cualquier cartagenero reconoce; o los cruceros y barcos de carga que dejan la ciudad diariamente dejando solo el recuerdo de las bocinas que a pesar de la hora rejuvenece los sentimientos que esta ciudad te permite revivir cada vez que la visitas. Cartagena es bella, pero solo, cuando no es temporada de cachacos.

Con esa combinación de palabras para describir a la ciudad colonial de Colombia que es perfecta en su estructura y su turismo, todo esto queda atrás cuando llega alguna de las dos temporadas altas, junio o diciembre. La ciudad pierde un poco su encanto. Todo se llena hasta el punto de encontrar filas por doquier, y el tráfico no se mueve por horas; pero igual sigue siendo una ciudad llena de encantos por descubrir, solo que no se pueden descubrir en estos meses.

Un cartagenero común, se refiere a los turistas de dos formas fundamentales: Cachacos y gringos. Los primeros son todos aquellos que son blancos y están rojos por el sol, y se alcanza a ver la marca de la manga sisa en el “bronceado”. Los segundos son los rubios, los “ojiazules”, los que cargan una mochila gigante a sus espaldas; los que te preguntan direcciones con acento extraño, sin importar de donde sean, esos son, Gringos.

En junio además del calor casi insoportable, se suman los miles de vendedores ofreciendo cocteles, masajes, inflables y todo tipo de comidas; y en diciembre gracias a la naturaleza hay brisa y el ambiente navideño te hace sentir mejor, pero los turistas siguen ahí.

En la orilla de la playa no se puede entrar, y si logras abrir un metro cuadrado para sentarte y acomodar tu toalla en el suelo, los niños corriendo te llenan de arena, te mojan cuando salen del agua y la tranquilidad no existe. Para un costeño ir a la playa puede ser un paseo divertido, pero usualmente es un momento de relajación para tomar el sol, leer, tomarse algo; pero obvio en esta época no se puede.

Eso es solo en las mañanas, el almuerzo fuera de casa también es una odisea. Es una cuestión de paciencia. Buscar un sitio bueno y que este vacío, es casi imposible.

Pero ahora vienen las noches, comienzo con el tráfico. Este se vuelve aun mas agobiante en la noche, no se a que debe, creo que con la oscuridad te sientes mas atrapado entre los carros que se mueven cada 5 Misisipis, eso jugamos para que sea más ameno el viaje de Bocagrande hasta el centro histórico. Y al llegar al centro, no se encuentran restaurantes con mesas, a pesar de los cientos de restaurantes que hay.
Si al final logramos comer, llegamos a la discoteca en Getsemaní y la fila le da la vuelta la cuadra. Por lo menos el parqueadero es casi gratis, comparándolo con Bogotá que te cobran el segundo, allá te cobran la noche.

Sin embargo, la ciudad es encantadora. Ir en ese trancón y ver el mar, escuchar como rompen las olas en los espolones y ver como salpica el agua en el andén, hasta moja el carro por la fuerza que trae. Como puedes ver la cúpula de Santa Catalina entre los edificios del centro histórico, rodeados por el corralito de piedra. A lo lejos se ven también los enamorados en las ventanas de la muralla, viviendo su amor, que uno se alcanza a sentir parte del romance por igual.


Los últimos años, puedes ver a los turistas en bicicletas felices disfrutando las ciudad y su esplendor, algo que no tiene comparación; llegar a tu ciudad y ver como miles de personas distintas cada año pueden disfrutarla. Esto solo es intensamente turístico en aquellos meses, y el resto del año es nuestra, para disfrutarla y vivirla como queramos. Cartagena dos veces al año se le sube la marea, la marea de cachacos.

Guillo

sábado, 16 de noviembre de 2013

Una carta para alguien, para ti. Con amor para alguien


Muchas veces me han preguntado, ¿Qué se siente irte de tu casa? ¿Dejar todo lo que tenias antes y empezar aquí de cero? ¿Cómo es vivir solo? ¿No extrañas a tu familia?; a lo que yo con fuerza y determinado respondo, “ha sido lo mejor que me ha pasado, aquí empezó mi vida y a mi familia si la extraño pero estarán allí siempre para mí”. Pero, ¿será cierto?, ¿estarán siempre allí para esperarme? Muchas preguntas y tan pocas respuestas.


No sé cuantas veces les digo sinceramente a mis padres que los amo; a mi tía que extraño hacer karaokes con ella y que desearía haber hecho más; a mi mamá que me encantan sus ensaladas aunque siempre decía que no; a mi papá que me encanta ir a la finca y montar a caballo a pesar que los últimos años no lo he hecho por qué “que mamera”. Que amo estar con mi perro, que lo extraño; que extraño también mi cuarto, con mi ventana que daba a la calle, mi calle donde escuchaba pasar los carros, donde el jardinero los domingos me despertaba cortando el césped, donde escuchaba a Jazmín lavar el baño, el cuarto que está al lado de la oficina de Vancho. Extraño mi balcón, el que deseo hubiese utilizado más. Ese cuarto que me acogió por casi cuatro años de mi vida, donde mis amigos iban y gritaban, cantaban, dormían, veíamos películas, comíamos, donde tuve amores y desamores, donde todos los días llegaba y me sentía protegido, el cuarto que podía pintar y nadie me reclamaba (a veces mi mama, pero muy rara vez).

Decirles que extraño mucho ir al Huerto, comer ese tofu que tanto nos burlábamos con la frase “Tofu, hmm yummy yummy”; también las empanadas de queso o las lumpias, las sopas que venían en un tarrito de icopor medio doblado por el calor y acompañado de otro donde la ensalada estaba dentro de un papel de aluminio y también doblada por el calor de la comida, y con eso escuchar a mi mamá decir que “no se iba a comer eso”. Qué extraño a mi tía y sus frases celebres que tan feliz nos hizo la vida a todos en algún momento, y que desearía poder volver y abrazarla más y no burlarme tanto de ella.

A veces desearía volver y oler a mi mami, sus más de 10 perfumes, que todos huelen exactamente a ella. Acostarme a su lado en su cama y que Rocko llegue celoso y ella le hable con voz de pechiche. Escucharla hablar con el negó porque es un intenso en las noches, o con el mono porque es un consentido y ella lo ama. Verla maquillarse en su tocador, verla hacerse el blower e intentar hablarle y no escuche nada. Despertarme los domingos y verla en su sudadera arreglando las matas del jardín, sus amores. Escucharla decir que tiene que hacer dieta y que ese día empezó la dieta de frutas. Escuchar sus tacones bajando por la escalera o subirlas corriendo porque “el hijuep*ta calor la está matando”. Recoger la del trabajo, pelear con ella porque no llegue a las seis en punto. Ayudarla con el zíper del vestido azul que se ponía para el trabajo. Poder entrar a su cuarto, escuchar las ventanas ajetrearse por la fuerza con la que abro y verla allí sentada en su cama echándose crema en los pies y luego poniéndose sus mediecitas y metiendo los pies bajo su cobija. Escucharla hablar medio dormida con su aparato en la boca. Pasar esos momentos en su cuarto cuando le decía al perro que se bajara de la cama con un simple “JUMM” (y Rocko se bajaba). Solo verla todos los días y decirle que la amo, que sus pecas son perfectas, que es la mejor mamá que pudo ser y ahora entiendo que sin ella no sería lo que hoy soy, ni estaría donde estoy, decirle que le agradezco inmensamente por darme todo lo que me ha dado. Simplemente poder abrazarla.

Volver y escuchar la risa de Beatri, poder abrazarla cuando la vea llegar por la puerta y ver su sonrisa todos los días. Presenciar los aromas que me sacaban del cuarto a ver qué misterio me esperaba en el almuerzo. Comer más tostadas con mantequilla y azúcar y un milo gigante. Comer más arroz de fideos con patacones y pollo a la gente. Preguntarle a mi nana como hacer tantas recetas que me encantaría saber preparar, la carne esmechada, la posta negra, el pollo a la gente, la torta de brócoli, su arroz con pollo, el ajiaco. Me encantaría volver y dejar de decir que no me gusta el mote, ahora amaría tomarme un plato; o uno de sancocho que hace mucho no preparamos. Decirle que la amo, y que la extraño; que le agradezco tantas tarde felices y tantas charlas junto con Luz; burlarnos de ella a sus espaldas por que “este año si me voy, en diciembre dejo de trabajar” aunque ya lo haya hecho.

Estar con mi hermana y poder entenderla, ver sus videos del X factor y poder emocionarme como ella lo hace. Ver Greys Anatomy acostados en la cama de mami. Verla ahí en esa cama acostada bordando punto en cruz. Cuidarla más. Decirle que la amo, que la extraño.

Decirles que extraño Barranquilla, extraño los recuerdos, a mis amigos, a mi familia, mi cuarto, a Beatri, a los vecinos, a Rocko, a Saskia, los gatos, a Diana y Cata, a la tía Chopi, ir al Huerto, a Jazmín, a mis tíos, a Pillo. Extraño cantar en mi cuarto y sentir que las paredes estaban aisladas y que nadie escuchaba, bajar las escaleras y ver el sofá negro, los cuadros colgados, ver las peredas naranjas que tanto decía que odiaba, ahora las extraño, que el internet que fuera siempre, que la casa sea caliente, que a la cocina no le entre corriente de aire, extraño los ventiladores blancos de la sala comedor, el bife, la vitrina, las botellas de trago de Iván, extraño ir al gimnasio de combarranquilla, oler el tabaco de mi papá; extraño el carro, a mi mamá, a Iván, a mi papá, a mi tia Pillo, a mi hermana, a Beatri. Extraño mi hogar.

Los extraño, los amo y aquí les escribo lo que desearía poder volver y hacer.


Guillo.

no lo se

No se muy bien que pondré en este blog, es simplemente un escape de lo que quiero decir y no tengo el valor de hacerlo.